El lago, Dante y yo [Dante]

Caminamos un poco más por donde él me había dicho y un rato después llegamos al lago, era enorme y también era muy lindo.

- Es un lugar precioso y enorme. Creo que no regresaré a clases nunca más, después de ver este sitio tan bonito - dije sonriendo, porque era fenomenal el lugar.

- Tenía toda la razón - dije unos segundos después de ver por unos momentos más el lago.

Finalmente después de un rato llegamos al enorme Lago Negro, simplemente ese lugar era misterioso y bastante atrayente.

Reí bajo al escucharla cuando dice eso, creo que todos pensabamos eso alguna vez. - Te acompaño porque a veces las clases son aburridas y agotadoras. - Le dije haciendo una mueca chistosa.

- Si. - Sonreí de lado. - ¿Vamos a sentarnos? - Le pregunté señalando la orilla.

- Entonces vendremos aquí, cuando ninguno de los quiera ir a clase porque si que son aburridas algunas, así que.. será el lugar para escapar de todo eso - así no estaría sola en este lugar y él también.

- Claro - caminé un poco y luego me senté ahí en el suelo, no importaba realmente si me ensuciaba o no, esto era divertido y relajado. - Me gusta - susurré viendo como ondulaba un poco el agua.

- Eso suena mejor, venir aquí cuando no queramos ir a clases. - Quizás no serían muchas veces pero nos encontraríamos ahí de seguro.

Asiento y la sigo, sentándome a su lado pero a una distancia respetable obviamente. - A mi igual. - Dije viéndola de reojo y después al lago. - Hoy esta tranquilo. -

- ¿Crees que obtengamos un feo castigo por saltarnos las clases? - preguntó, porque no se como sean los castigos aquí en este colegio.

Se sentó a mi lado, pero no muy cerca. - Pues se ve muy lindo así de tranquilo, seguro que furioso, se debe ver aun mejor, con todas esas olas sobre su superficie - seguro en una tormenta tomaba, una forma que muchos jamás se imaginarían.

- Seguro en los días de clases, todo esto esta muy lleno. -

Pienso un poco. - ¿La verdad? No, quizás solo nos envíen a limpiar trofeos. - Porque yo ya había sido castigado antes, unas dos o tres veces.

Sonreí porque no se da cuenta de que la miré a ella. - Así es, en esos días s e ve mucho mas lindo. - Porque así era.

La vuelvo a mirar y asiento. - Si, se llena, tanto de grupos de amigos, como de parejas por todos lados. -

Levanté un poco mi ceja. - Eso no suena bien, no gusta limpiar, los trofeos, por que siempre seguro que están limpios - dije riendo, ya que si castigaban a muchos, seguro estaban relucientes.

- Tengo ganas de verlo durante una tormenta, aunque este lloviendo - estaba segura que era un espectáculo genial.

- Vaya que tiene mucha variedad el lago - dije sonriendo, mirándolo. - Así que entonces cuando podamos venimos y si hace mucho calor nadamos un poco aunque no hasta el centro, no me gusta alejarme mucho de la orilla. -

Sonreí por el gesto. - Pero piensalo de esta forma, si ya están limpios al final no haces nada. - Sonreí de medio lado.

- Pues tendrás que esperar hasta enhtrado el invierno para verlo así.- Porque por ahora no creo que hubiera algo así.

- Una gran variedad. - Coincidí con ella. - Claro, además en la orilla es más divertido porque si te vas hasta el centro, solo temojas. - Sonaba divertido.

Rió, porque tenía toda la razón. - Es cierto, así nos ahorramos el trabajo de limpiarlos - menos trabajo para nosotros.

- Bueno, creo que no falta mucho para eso, pero ojala y se adelantará el invierno - me emocionaba la idea de ver el lago, con algo de furia por así decirlo.

Afirme con mi cabeza. Reí por como sonaba, ya que sonaba, bastante divertido, sobre todo por como lo dijo. - Entonces solo jugaremos en la orilla.-

- Claro, y finalmente no se haría nada, imagínatelo, si nos castigaran, y como estan tan limpios esos trofeos, solo podríamos dedicarnos a charlar y así finalmente sería un castigo agradable. - Le sonreí porque por lo menos así lo veía yo, y sería bien agradable.

- Quizás se adelante, nadie lo sabe. - Le guiñé un ojo porque se veía bastante linda con esa emoción.

Reí porque había sido un comentario bastante infantil el mío. - Me parece bien. - Lo bueno es que ella no se había burlado de mi.

Pensé en todo lo que decía, pues tenía mucha razón, ya que no tendríamos mucho que hacer, más que charlar y charlar y charlar y charlar. - Eso me encanta, así no nos cansaríamos de limpiar y ni siquiera me cansaría de charlar contigo, todo sería genial - era una idea muy tentadora y agradable.

Sonreí feliz, tanto por lo que me dice como por el guiño. - Ojala y así sea - ya que yo si quería que se adelantará.

Lo acompañe en su risa y no porque la frase que dijo, sonará mal, sino todo lo contrario, me gustaba como sonaba. - Igual a mi - dije antes de estirarme un poco y dejarme caer hacia atrás quedando recostada.

Bueno, ya tenía varios puntos a favor, la hacía sonreír, a ratos reír y ahora le gustaban mis ideas. - Claro, y de eso no nos cansaríamos porque estoy seguro que podríamos hbalar de muchas cosas. - Ya que ella había estado en otras escuelas, de seguro había tenido bastantes aventuras ahí y yo le podría contar cosas sobre Hogwarts.

- Así será, te doy mi palabra y si el invierno se demora, podemos crear una tormenta. - Y de paso nos ganabamos un gran castigo.

Ríe conmigo, costaba mucho hacer reír a las chicas algunas veces. Se estira y sonrío. - Y dime hasta ahora ¿Qué piensas de Hogwarts? ¿Ya conociste a Peeves? - Pregunté, el era muy fastidioso.

- Estoy segura que si, pues debes tener miles de historias sobre Hogwarts y a mi me encantaría escucharlas, amo las historias - y eso no solo lo acaba de inventar sino enserio que me gustaban y mucho. Sobre todo de cuando eran de lugares como este colegio.

Reí bajito, porque yo tenía un defecto en eso. - De acuerdo, solo advierto que soy mala en hechizos ambientales, en vez de que crear una tormenta de nieve una vez cree una pero de arena - reí recordando eso, el aula quedo muy... arenosa y yo con un castigo.

- Me encanta el colegio, tiene de todo un poco, misterio, diversión... ohh, de todo lo que podía hacerme feliz, y también buenos amigos, creo que amaré este lugar, es fantástico - dije con una sonrisa. Me alcé un poquito, recargándome en mis antebrazos. - No, aun no conozco a Peeves... ¿quien es? - por el nombre me parecía que era alguien gracioso.

- Bueno entonces ya te contaré bastantes historias de Hogwarts, porque si que hay muchísimas. - Habían de todas clases, divertidas o banales.

Ríe y sonrío. - Entonces no te preocupes, yo hago el hechizo para que no hayan problemas. - Le guiñé un ojo pues era bueno en esa clase de hechizos.

Sonreí contento al saber que le gustaba Hogwarts. - Y claro que todo esto tiene Hogwarts. - Le aseguré. Asentí al saber que aún no conocía a Peeves. - Pues es un poltergeist bastante irritable, que le lanza cosas a los chicos, así que es mejor que no te cruces en su camino. - O sino de seguro pasaría un mal rato.

- ¡Perfecto! - sonreí mucho, pues enserio que me gustaría escuchar todas y cada una de esas historias.

- Gracias, pues no me gustaría causar un enorme lío o algo peor - pues nunca se sabe conmigo, puedo ser demasiado torpe, cuando me lo propongo.

Sonreí, este colegio, sería uno de los que más me gustaban por todo lo que había en el. - ¡Vaya! Creo que tiene muy mal carácter ese poltergeist, alguien debería darle una lección, aunque es mejor evitarlo - pues así no me arrojaba nada. - ¿Tu has tenido problemas con él? -

Sonreí al escucharla porque como había dicho en sus palabras no se notaba aburrimiento o algo por el estilo, sino todo lo contrario.

- Pero bueno sería sin intenciones malas, así que no habrían problemas. - Además de que estaba seguro de que no podría hacer muchos líos como dijo, igual y me podía equivocar pero no creía.

- Es mucho mejor evitarlo ya que si le lanzas algo de seguro te tendrá en la mira por mucho tiempo. - Por eso era mejor seguir de largo.
Negué con mi cabeza por su pregunta. - La verdad es que aún no. - Aunque igual y un día de estos les buscaba un problema.

- Si, sería sin intenciones malas... así que entonces me salvo del castigo que me puedan dar - dije con una sonrisa, pues si eso me ayudaba, ya tenía terreno ganado para no sufrir un castigo, pues nada me aseguraba que a él también o castigarán por un error mío.

- ¡Vaya! Si que debe ser un Poltergeist poco tolerante - reí bajito, pues vaya que te la regresaba y feo. - Menos mal que aun no, pues por lo que me cuentas no es nada bueno, tenerlo de enemigo - sonreí un poco, pues si que no era nada bueno tenerlo como enemigo, seguro como aliado era mucho mejor.

- ¿Ves? Te salvarías de algún castigo. - Le sonreí guiñándole un ojo. Pero seguía insistiendo en que sería raro que a ella la castigaran.

- Muy poco tolerante. - Le aseguré porque era algo amargado. - No, no sería nada bueno pero yo tampoco me quedaría con los brazos cruzados. - De eso estaba completamente seguro.