¿Cómo salgo de aquí? [Dante]

Tenía la urgencia de explorar un poco más lo que era el colegio, para así saber que es lo que me deparaban las cosas en este lugar. Uno muy misterioso y que me dejaba con muchas intrigas, pues escuchaba cosas grandiosas de algunos niños de primer año que charlaban en la mesa de Gryffindor. Ellos decían que en las generaciones que pasarón, muchos descubrieron pasadizos secretos, cuados con caminos que llevan hacia alguna parte del Hogsmeade y otros más que llegan a lo que es la famosa Camara de los Secretos. Todo sonaba demasiado tentador e interesante y por esa razón, decidi aventurarme a explorar el castillo.

Armada solo con mi varita, anduve subiendo y bajando escaleras, abriendo y cerrando puerta, hasta que llegue a la zona más profunda. Las mazmorras. Un lugar frío, húmedo y con un olor... gracioso. pero no era tan desagradable, solo que si estaba algo oscuro.

- ¡Lumus! - pronuncié y de mi varita una linda luz, salió, de esta forma evitaría caer con algo. Seguí adentrandome. Esto me parecía como cuando mis padres exploraban unas que otras cuevas y además era muy, pero muy interesante.

Estaba maravillada por el juego de sombras que ahí había pintadas en las paredes. Hasta que mi pie pateo algo y esto algo rodo hasta mis pies, haciendo que perdiera el equilibrio, que mis pies se enredarán y que callera de con la panza y soltará un pequeño quejido de dolor. Más que eso, es que se me había salido todo el aire. - ¡Auch! - susurre, aunque se hizo eco.

Un aburrimiento de primera era lo que tenía ese día, no había nadie en la sala común, fui a los dormitorios y tampoco, no había ni siquiera un alma vagando. El varón sanguinario hacía tiempo que no se paseaba por ahí debido a unas cuantas bromas de unos años anteriores en los dormitorios. Reí de solo recordar lo que había ocurrido dicha vez.

Me lancé en una cama, dejando mi cara enterrada en la almohada, intentando por lo menos dormir pero... el sueño no acudía a mí. ¿Quien diantres me había mandado a llegar en época aún de vacaciones a Hogwarts? A si, mi mamá con mi papá, porque no querían que me enterara de las infidelidades que se jugaban cada uno.

Me senté en la cama, mirando el techo que estaba liso, de un color plata bastante elegante. Digno de todo Slytherin. Bufe revolviendo mi cabello con mi mano derecha mientras miraba alrededor. Me puse de pie de un salto, haciendo ruido para por lo menos darle vida al lugar y que no pareciera un mausoleo de un cementerio. Salí del cuarto de varones con pesades, arrastrando los pies mientras sacaba mi varita de a bolsa de mi pantalón. Salí de la sala común llegando a las mazmorras, desiertas de una forma bastante lúgubre. El paisaje me gustaba pero siempre y cuando hbiera buena compañia.

Hasta que escuché un ruido y me puse alerta, escondiendome en una abertura que había en el lugar y la cual me daba una vista bastante buena. Aparece una muchacha rubia bastante guapa, ¡Hermosa! La recorrí con la mirada, la chica estaba como quería, además de que su mirada demostraba algo así como inocencia y sorpresa ante lo que veía. Me quede como un completo idiota viendola hasta que cae.

Haho un gesto de dolor con los labios y salgo de mi escondite para acudir en su ayuda, eso siempre nos habían inculcado en nuestra casa. - Fue un golpe bastante feo... ¿Te encuentras bien? - Pregunté mientras tomaba uno de sus brazos para ayudarla a ponerse de pie. Sus ojos eran bastante lindos, por lo que sonreí de lado.

Tenía ganas de llorar, por el golpe bien dado que obtuve. Pero una mano desconocida con voz de chico, me la tendía, ayudándome a levantar de un brazo. Mientras tanto yo esperaba retomar ese aire que había perdido de un solo golpe.

- Gracias... y no, no muy... bien... se me ha... escapado todo... el aire - hable muy pausado, pues trataba de llenar mis pulmones, jalando muy aprisa el aire, todo lo que podía. Parecía que me tomaría unos segundos para restablecerme por completo, pero no perdía la esperanza de que así fuera. Una vez que estuve de pie levante la mirada, para ver al chico que me acaba de ayudar a levantarme después de mi linda caída; era un chico alto y de facciones, bastante lindas y... creo que hasta se me fue una vez más el aliento, jamás había visto a un chico como él. Además se suponía que no habíamos mucho, solo los que habíamos llegado por no tener nada bueno que hacer en las vacaciones o porque no teníamos con quien quedarnos. - Gracias nuevamente - susurré después de unos largos minutos.

El golpe de la muchacha fue bastante feo y fuerte, sería una suerte si no le queda una marca en el estómago... ¿Con cuanta fuerza caminaba para caer así? Bueno eso no importaba, solo quería ayudarla para saber como se encontraba.

Tenía una voz melodiosa, bastante linda a pesar de hablar con algo de trabajo. - Bueno mira, respira tranquila y lentamente o puede dolerte. - Le dije mientras ella comenzaba a ponerse de pie. Yo si me hubiera caido de seguro habría maldecido a diestra y siniestra todo lo que podía.
Le sonrío al mirarla, al parecer ya estaba un poco mejor, aunque por un largo rato ninguno dijo nada y con cuidado suelto su brazo, para no incomodarla ni nada por el estilo.

Me da las gracias y hago un gesto con mi cabeza. - De nada solo me interesa saber que estas bien. - La miré unos instantes más y dejé de hacerlo, de seguro me estaba viendo como un completo idiota que por primera vez veía a una mujer, pero es que ella es demasiado linda. - Soy Dante Greenwood. - Tomé su mano y la besé, para después bajarla lentamente y soltarla con cuidado. - Mucho gusto, pero me interesa saber si te duele mucho. - Podía parecer insistente pero fue un golpe muy grande.

Afirme con mi cabeza, para evitar otro dolor, pues si que era feo perder el aire tan bruscamente y más cuando en cierta forma no había sido mi culpa. Respire tranquila como me lo aconsejo y poco a poco el dolor disminuyo y el aire regresaba una vez más, no de forma rápida, pero lo suficiente como para poder articular, más fluidamente las palabras.
Seguí sonriendo hasta que me soltó del brazo, pues hasta ahora me había dado cuenta de que seguía sosteniéndome de esa forma. No me molestaba en nada.

- Un poco mejor - hable ya con más fuerza y sin trabarme tanto, aunque estaba demasiado nerviosa, y esperaba mis mejillas no estuvieran coloreadas, aunque con lo oscuro que era el lugar, no se notaría tanto si llegaba a pasar. Cuando tomo y beso mi mano, me tomo por sorpresa, así que reí bajito por los nervios. - Mucho gusto. Yo soy Caroline Lovegood - dije después de que soltará mi mano. -Ya no tanto, esta pasando, creo que fue solo un golpe superficial, que dejara un lindo moreton, pero de ahí no pasará - ya no dolía igual, tal vez porque respira lentamente, para evitar el dolor.

Me hace caso y sonrío, porque no era nada agradable tener un dolor así en el estómago, lo bueno es que al parecer no se golpeo el rostro, el mentón porque ahí también dolía mucho cuando uno se caía.

Por lo menos no le enojo el hecho de que la tuviera del brazo por un rato, ya que hay chicas que golpean bien fuerte.

- Muy bien. - Dije más tranquilo sonriendo. Ríe cuando besé su mano y yo sonrío. - Un placer Caroline... ¿Te puedo decir así verdad? - Porque tratarse por los apellidos es bastante serio. - Es que fue bastante fuerte... ¿No quieres que te acompañe a la enfermería para que te revisen? - Me ofrecí para ayudarle.

El malestar por falta de aire se había pasado, dejándome ahora solo con la sensación de un vació en el estomago, pero nada que no desapareciera en un par de minutos o en unas horas, pero si me iba bien, seguro sería en unos minutos.

Le sonreí, porque había expresado, preocupación por mi, eso casi nadie lo hacia y menos un ¿Slytherin? Bueno, eso es lo que había escuchado.

- Por supuesto que si y si quieres dime Caro, todos me llaman así - además Caroline era muy largo. - Es que sufría la ira de lo que pateé - dije divertida. - Pero estoy bien, no necesito ir a la enfermería, pues no tengo ninguna herida de gravedad, al menos que tu veas una que yo no puedo ver - revisé mi cara rápidamente, pero no sentía nada que escurriera por mi rostro.

Lo bueno es que ya se notaba mucho mejor, ya que su expresión había cambiado, estaba así como más tranquilita, serena y más radiante.

Me dedica una sonrisa bastante linda que me dejo algo perdido, más de lo que ya estaba con ella. Una vez escuché que las sirenas poseían una belleza sin igual quizás ella era una sirena terrestre, sonaba estúpido pero era demasiado linda.

- Bien entonces Caro, yo... yo no tengo sobrenombre. - Me rasqué la nuca, siempre me decían Dante solamente. Veo la insignia de su uniforme y dice Gryffindor, me hubiera gustado que estuviera en Slytherin pero me hizo recordar que no la había visto antes. - No, no tienes ninguna herida. - Dije inspeccionando su rostro con cuidado. - ¿Eres nueva cierto? -

Lo vi como metido en sus pensamiento y me entro la curiosidad de saber que es lo pensaba realmente, porque parecía demasiado interesante. Hubiera deseado poder leer su mente, en este momento.

Pensé un poco lo que había dicho sobre no tener un sobrenombre, así que me puse a cortar su nombre y salió uno, pero igual y no le gustaba. Pero no por eso no debí probar. - ¿Qué te parece Dan? - pregunté intrigada por saber que pensaba. - Menos mal - bajé mis manos, pues no quería verme tan tonta, haciéndome un examen en el rostro. - Si, no hace mucho llegué... y por eso exploraba el colegio solo que ahora... ¿Como salgo de aquí? - dije señalando los alrededores. - Aunque es agradable - sonreí.

Creo que fui bastante obvio en que pensaba en ella, porque me queda mirando y solo le sonrío, simulando inocencia un poco, pues ahora realmente la estaba imaginando con una sirena y la imagen que tenía en mi mente... me dejaba realmente sin habla.

Se queda callada y después escucho lo que dice y asiento sonriendo. - Suena bien, me gusta Dan, además eres la primera que me dice así. - Le sonreí. - Así es, no sería lindo que te quedara marcada, no porque te veas mal ya que eres muy lin... - Me callo antes de decir algo. - Sino porque te dolería - Finalicé mirando a otro lado. Vuelvo a mirarle al escucharla, con razón ya que no habría olvidado un rostro tan hermoso. - Pues... por aquí. - Le señalé enfrente. - Si quieres te acompaño. - Me ofrecí sonriente.

Me sonríe y regreso la sonrisa, aun sin saber en que pensaba. Solo esperaba cosas buenas, sin importar de quien se tratará. Es feo pensar mal de las personas, aunque no estén presentes.

- ¡Que bueno que te gusta! - dije feliz, se me acaba de ocurrir. - Entonces soy la primera que te ha bautizado como Dan - sonreí divertida, por como sonó, pero me gustaba ser la primera en algo. No termino la frase, pero cuando la continuo afirme con mi cabeza. - Si, los golpes cuando dejan marca duelen durante días - sino, mis piernas estaban de testigo, había sufrido varios golpes en ellas y todo por descuidada. Me señala el camino. Así no estaría mucho tiempo perdida, aunque... no tenía nadie a quien darle razones de mi ausencia, así que bien, podía perderme y nadie lo notaría. - Claro, me gustaría que me acompañaras, pues eres al primero que conozco y no hay nadie queme espere del otro lado, así que podemos ir con calma, así evito otro accidente - siempre me ocurrían, era demasiado propensa a ellos, mejor dicho, demasiado mensa, para atraerlos.

Al final deje mis pensamientos en paz para que no creyera que era alguna especie de acosador que estaba pensando cosas malas de ella cuando no era así.

- Así es, eres la primera que me ha bautizado como Dan. - Y sonaba bastante bien. Asiente a lo que le digo y menos mal que no se percato de lo que mi sub consiente quería decirle. - Así es, bastante que duelen. - Porque yo me había caido bastantes veces de la escoba cuando intentaba jugar quidditch, por eso mismo no jugaba ni me gustaba.
Sonreí contento al saber que no le molestaría mi compañia. - Pero solo por ahora me conoces solo a mí, ya que cuando lleguen los alumnos de seguro estaras asediada por ellos, además de que de seguro haras bastantes amigos. - Le sonreí mientras caminaba, esperandola para salir de las mazmorras. - ¿Donde estudiabas antes? - Pregunté con curiosidad.

Dejé de tratar de saber que pensaba, pues era de mala educación, intervenir en los asuntos de los demás.

- Y me alegra serlo - digo sincera, por ser la primera. Afirme con mi cabeza, pues en varias ocasiones me hice uno que otro moretón y si que dolió por un largo tiempo.
- No, no creo que sea asediada, más bien será al revés, ya que a veces puedo ser muy curiosa y eso los molestará y bueno me gustaría tener a varios amigos - me gustaba tener muchos amigos, pero luego lastimaban porque no eran lo que yo creía o algo así. - Seguro a ti también te acosarán los chicas... y también debes tener muchas amigas - no lo dije como pregunta sino más bien se lo aseguré, pero sin saber si era correcto. Seguí caminando con él. - En un colegio en... Salem - digo sonriendole y mirandolo unos instantes.

Sonreí pues sus palabras fueron bastante sinceras, y vaya que costaaba encontrar a alguien así. Asiente y yo igual.

Al parecer no creía que ella fuera a ser asediada, pero yo creía que si porque es bastante linda. - La curiosidad nunca a sido mala. - Además todos sabíamos que de por si las mujeres eran curiosas, pero los hombres no nos quedabamos atrás. - Yo creo que así será. - Porque era muy simpatica.

Sonreí de lado por lo que me dice y mi arrogancia no demoró en salir, o por lo menos se notó en mi expresión. - Si, tengo muchas amigas y... no me he fijado si me acosan. - Sonreí con arrogancia pero no mucha.
Seguimos caminando y asiento al escucharla. - Ya veo... verdadera tierra de hechiceros. - Le sonreí mirandola también.

- Eso se dice, pero en mi caso si ha sido malo o al menos lo creo así, porque a veces hago demasiadas preguntas y no les ha gustado mucho a unos - es por eso que me apene un poco, pero ahora me media un poco más, ya no preguntaba tanto o sino, eso si que sería feo. - Eso espero - dije sonriendo.

El chico dejaba ver un poco de su arrogancia, algo que lo hacia verse muy bien. - Estoy segura que si lo hacen - pues tenía la pinta de ser un chico acosado por las mujeres.
- Eso decía mi papá, pero no estuve mucho tiempo ahí, solo un corto período, antes me encontraba en varias otras escuelas, una en Roma y en otros lugares, a mis padres les gustaba viajar mucho - dije recordando esos días

Sonreí un poco. - Bueno, los pesados son ellos o ellas por no ser mas amables ante tus preguntas. - Ya que no costaba mucho tener algo de paciencia para responder a preguntas que de seguro eran divertidas. Le sonreí también.

Ella creo que sin querer iba aumentando mi ego con sus palabras. - Puede ser. - Le sonreí de lado.
Eso de "Decía mi papá" y "Les gustaba viajar" me hacía suponer de que ya no estaban, no se necesitaba ser muy inteligente para captar eso. - ¿Haz estado en muchas escuelas? - Solo eso me atreví a preguntar.

Sonreí por lo que dice. - Bueno, entonces tienen la culpa - sonreí divertida, porque sonaba mejor eso, aunque no del todo, pues bien y la del problema era yo y no ellos.

- De acuerdo - digo mirándolo unos segundos más, mientras seguimos avanzando por la mazmorras, ya no se veían tan tenebrosas con compañía.
Suspiré afirmando. - Si, he estado en 4, estuve en un escuela de Francia, en otra de Alemania, en Roma, este colegio solo era para chicas y fue horrible, en Salem y ahora en Hogwarts... solo espero no cambiar más.. es pesado andar de colegio en colegio, uno apenas se acostumbra a uno, cuando de pronto ya estas en otro - reí bajito, aunque estaba segura de que mis tíos no me cambiarían de colegio de nuevo. Pues mi prima estaba aquí.

Asentí porque si, ellos tenían toda la culpa bajo mi punto de vista.

Me mira y yo a ella aunque solo un poco. Suspira y la escucho atento mientras cainabamos. - ¡Vaya! has estado en muchos, yo solo he estado siempre aqui... pero por lo menos conoces no? digo, viajas a muchos lugares, y aunque no estes mucho tiempo conoces a mucha gente. Además no creo que te cambien pues igual y te gusta esta escuela no? - Le sonreí de lado.

- Así, han sido demasiados y si, es una ventaja eso de viajar tanto, porque conoces a muchas personas, unas buenas otras no tanto, pero en general, las recuerdas por todo, al igual que a los lugares, muchos son hermosos y difíciles de olvidar, porque no hay dos iguales - sonreí. - Eso espero, porque si que me gusta y tengo una prima, es un año mayor que yo, pero me gusta tenerla cerca, aunque no convivimos mucho, pero igual y la quiero demasiado, solo que ahora no se donde pueda estar, creo que es algo inquieta - dije con una sonrisa divertida.

Sonreí por el entusiasmo que demuestra en sus palabras al hablar. - Deben de ser lindos y claro, nunca habran dos cosas iguales. - Porque ni los gemelos eran identicos nunca. A mi también me gustaba la idea de que se quedara. - De seguro tomaran en cuenta tu opinión... oh mucho mejor, tener familia en las escuelas debe de ser bueno... ¿En que curso vas? - Sonreí por eso de que su prima era inquieta.

- Demasiado lindos, un día te mostrare el álbum de fotografías que tengo, pues ahí conservo los mejores paisajes, bueno las imágenes- tenía varias que podría mostrarle y que seguro le gustarían. - Seguro que si... Si que es bueno, yo estoy en sexto curso y ella en séptimo - dije evitando tropezar de nuevo con una nueva cubeta que apareció por ahí.

- Me encantaría ver las fotografías. - Le aseguré sonriendo porque las fotografía me gustaban, sobretodo si eran de otros paises. Asentí al escucharla y después sonreí. - Eres un año menor que yo. - Pues yo creí que era de mi edad y no nos veríamos en clase.

- Entonces un día de estos, nos tomamos unos momentos y te muestro aquellas fotos que saque, para que veas lo lindo que eran esos lugares - pues aunque fueran fotografías como que te transportaban al lugar en el que se había tomado dicho exposición. - Eso quiere decir entonces que no nos veremos en clases ¿verdad? - pues hasta donde entendía, no estábamos juntos o algo así.

- Cuando quieras, estoy listo y disponible. - Le aseguré o si no lo estaba de seguro me haría un tiempo para ir a ver con ella a ver las imagenes y fotos.
Asiento a lo que me dice. - Así es pero por lo menos en los ratos libres si creo... - Le sonreí mientras veía que el camino estuviera despejado.

- Me alegra tener a un amigo que este libre para poder compartir algo - pues ya lo consideraba amigo, solo esperaba que no le molestará eso.
- Eso me gusta, porque no podríamos platicar en las clases y en los ratos libres es mejor, podemos divertirnos en algo, lo que sea - dije emocionada, pero evito caer con cualquier cosa que se me aparezca enfrente.